Asoc. Fibromialgia Portuense

ADN EN FM

30.12.2018 01:17

Sin embargo, un aspecto en el que coinciden la mayoría de los científicos es que el ADN de la fibromialgia es eminentemente femenino. La afección de la enfermedad entre ambos sexos se sitúa en una proporción del 3,4% de mujeres frente al 0,6% de hombres, de acuerdo con los datos de la Sociedad de Reumatología Europea. En este sentido, algunas investigaciones científicas que en la actualidad se desarrollan sobre la fibromialgia han sumado un nuevo criterio sociológico: la perspectiva de género en la salud. 

Es el caso del estudio ‘fibromialgia, en femenino’, liderado por el equipo docente de María Francisca Casas, adscrito a la Universidad de Alcalá de Henares (UAH), que se propone investigar las causas de esta enfermedad que puede manifestarse por diferentes factores físicos, psicológicos y sociales como las anemias ferropénicas o el estrés. El objetivo principal de la investigación se dirige a completar el mapa formado por los 18 puntos de dolor crónico que los reumatólogos tienen localizados en diferentes áreas del cuerpo como  son las rodillas, el glúteo, la cervical inferior, la segunda costilla o el supraespinoso.

Para ello, la metodología de trabajo se centró en captar a grupos de mujeres que habían acudido a la consulta médica de Atención Primaria con algunos síntomas comunes de la fibromialgia como decaimiento o dificultades de movilidad y se les realizó un estudio epidemiológico con el fin de constatar o descartar la presencia de la enfermedad.

La investigación, que continúa en curso, ha logrado confirmar por el momento cómo algunos hábitos de cuidado personal muy extendidos entre las mujeres aumentan el riesgo de padecer fibromialgia u otras enfermedades. Entre ellos destacan el uso diario de cosméticos o la tendencia a vestirse con prendas compuestas de tejidos sintéticos artificiales. “Algunos champús, cremas y cosméticos contienen un alto contenido de sustancias químicas como mercurio o parabenes que se acumulan en el cuerpo de la mujer y les puede producir fibromialgia o cáncer de mama”, asegura Casas

Otros condicionantes asociados a la aparición de esta dolencia se relacionan con la exposición a un entorno ambiental contaminado: “Los tóxicos ambientales que respiramos a diario y en determinados ámbitos de trabajo tienen mayor repercusión en las mujeres y se acumulan en mayor medida en la grasa de su cuerpo”, puntualiza la investigadora.

El conocimiento limitado que rodea a la fibromialgia provoca que los especialistas no hayan podido establecer unos protocolos de prevención, diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad. Esta realidad conduce a que en, muchas ocasiones, se confundan los síntomas de la fibromialgia con otras patologías como artritis reumatoide, reuma o menopausia por la similitud de sus señales y solo se diagnostique tras descartar otras opciones.

En opinión de Francisca Casas “no hay respuestas ni sensibilización social hacia esta enfermedad que condiciona la vida y produce un dolor y deterioro continuados en la mujer”. Además  asegura que “las enfermeras deben aprender a escuchar al paciente, ayudarle a gestionar su tristeza y, en este proceso, tener en cuenta la perspectiva de género es esencial”.  

Durante los últimos veinte años, la prueba más fiable que se ha utilizado para diagnosticar la fibromialgia consiste en presionar 18 zonas fijas del cuerpo fijas, de tal forma que, si el paciente siente un dolor crónico durante tres meses en al menos 11 de puntos, puede afirmarse que sufre la patología. En la actualidad, la investigación ha determinado que la fibromialgia se manifiesta con un dolor generalizado por todo el cuerpo que no afecta a todo el mundo por igual. A partir de ahora el reto médico se concentra en proporcionar una asistencia y un tratamiento adecuados al paciente que debe desarrollarse de forma multidisciplinar, a través de la colaboración entre diferentes especialistas como reumatólogos, enfermeros o fisioterapeutas. 

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